... La que escribe.

Mi foto
Santiago, Chile
Soy una mujer que también es amiga, hija, nieta, hermana, prima, sobrina y mil cosas más. Disfruto regalando sonrisas en la calle y quiero pensar que el mundo es mejor con ese simple gesto; por eso, me ando buscando. Si usted me ve por ahí, avíseme!

viernes, octubre 20, 2006

DEL LLANTO A LA ALEGRÍA

Mi papá dio vuelta un post mío de hace un tiempo, cuando comencé a tocar fondo. Hoy que al fin veo algo de luz solar en medio de mis propias tinieblas, rescato las letras de él y le hice algunas modificaciones, para darle mi toque y adecuarlo mejor a mis sentimientos.
Ah! espero que aquel ser misterioso que me envía esas maravillosas canciones no sea algún amigo, amiga o familiar... esas letras me han ayudado a sonreír en momentos difíciles de sobremanera.
En fin... ahí les va:
Rio. Y tengo mucho por qué reír.
Rio por todo lo que he logrado; por todos los sueños cumplidos; por todas las miles de esperanzas que se abren a mis hojos recién hoy; por todos los amaneceres felices que imaginé, que no se cumplieron y que se fueron para no volver... y río por esos y por los otros miles que llegarán.
Por supuesto que río; río con rabia, con gusto, con desesperación, río con potencia, con ternura, con humildad... me río de la derrota, de la traición, de la mentira, aunque estén sobre los hombros, aplastando mis energías. río de todo eso porque al fin se la verdad.
También lloro, y las lágrimas alivian mis horas, mi alma, me purifican y energizan.
El vacío de lo que pudo ser y no quisiste me hace reír al saberlo hoy y no cuando fuera demasiado tarde.
Es que ya nada me atormenta, socavando mis entrañas y apretando mi garganta hasta la asfixia, porque ahora comprendo que puedo ser feliz. Y serlo sin tí.
Claro que río. Y siento que no es para menos.
Rio porque siento que ya no me engañarás más, porque no me siento sola, porque no me siento abandonada.
Rio porque descubrí al fin quién eras y en camino me descubrí a mí misma...
He cometido errores. el principal es que por seguirte me abandoné y me volví ciega.
Hace nueve años era una niña, y hoy, que ya no lo soy, me siento como si lo fuera.
Rio con lágrimas y sin ellas. Sonrisas con alaridos y con gritos mudos... con susurros y en absoluto mutismo. Rio también "para adentro", sobre todo cuando sé que ya no dormirás nunca mas a mi lado y que en algún momento alguien que sí me ame de verdad lo hará tan feliz como yo.
Rio más allá de mis propios límites al saber que me volqué en ti, olvidándome de mí misma... Porque por fin te siento cada vez más lejos, y no tengo intenciones de volver a tu lado.
Rio porque primero mi alma pequeña te vio gigante y te admiró, obnubilando la razón y queriendo crecer para estar a tu altura en fortaleza. Y, por Dios, jamás he sido más feliz que tratando de alcanzarte... ¡como me río de aquello, si a final de cuentas la única fuerte de verdad fui yo!
Rio porque luego tu imagen cobarde y enferma se llenó de miedos y dolores sobrepasándome con ellas, y pese a las dificultades...... fui feliz al tratar de cubrirte y protegerte porque así pude demostrar con mi presencia esta capacidad ilimitada mía de amar. Y hoy, al recordar eso, me siento grande, gracias a mí.
Rio porque han pasado demasiados años, y hoy te has empequeñecido. No eres más que un niño que llora a su madre muerta, a sus abuelos enterrados, a sus esperanzas infantiles, a sus refugios destruidos. No eres ni la sombra del hombre al que admiré, ese que me sedujo, que me prometió amor a raudales y felicidad sin límites y que jamás fue capaz de entregárme nada de lo que prometió.
Rio con fuerza porque jamás cumpliste tus promesas, "beber cada una de mis lágrimas". Y río más aun cuando ahora se que las mismas promesas se las hiciste a otra, estando conmigo.
Por todo esto, por tus mentiras enfermizas, por tener el descaro de pretender suplantarme con ilusiones obsesivas, por tu debilidad mental y emocional... llego a llorar de la risa.
Pero lo que me da más risa, sin duda... es que ya me liberé de tí para siempre porque dejé de amarte.