miércoles, febrero 21, 2007

TU NOMBRE

Me pides que te nombre, fauno sibarita,
como si no fueran suficientes los mil nombres
que tus amantes estelares ofrendaron a tus pies.

Un nombre requieres, sibilino descarado,
locuaz, perenne, imprevisto.

Identidad ungida de mitos y jadeos, que se confunde
entre sonrisas cómplices y miradas habladoras.

¡Tantos nombres tienes, y exiges uno nuevo!

No te basta ser sueño, poesía,
hombre, noche, canción y locura.

Nombre demandas, sátiro embriagado e irreverente.
Tú, el desenfrenado, el irreflexivo…
El definitivamente único e irrepetible.

Hay, volátil coribante fugitivo de ti mismo…
¡Puedes tener todos los nombres que quieras!

Puedes ser Esquilo y crear a tu semejanza
el Prometeo Encadenado.

Si quieres se Alceo, el poeta compañero
en aventuras y letras de la tremenda Safo.

Asúmete pretenciosamente como Anquises,
ese que fue amante nada menos que de Afrodita.

Si prefieres, vive como el padre de Morfeo
y vuélvete el Sueño Originario, Hipnos.

Pero no me pidas que te invente un nombre, querido mío;
resulta imposible limitarte a una sola palabra,
habiéndome entregado las mismas manzanas del Jardín de las Hespérides
en nuestros siderales encuentros.