Las calurosas noches de Santiago
sumadas al insomne infernal del letargo,
mantienen mis sentidos aturdidos.
Entonces tu fantasma, como un soplo,
decide colarse impertinente entre mis sábanas.
Y cierro mis párpados de sueño tibio,
mientras imagino tus ojos de lince al acecho...
Un batallón de mil hormigas juguetea cerca de mi ombligo.
Imaginé tu lengua rozando apenas mis labios,
y quise morder los tuyos hechos de aire.
Así, se me hizo agua la boca de deseo...
Al compás del latido acelerado, mis pechos se llenaron
de un anhelante sopor.
Tu cuerpo se volvió mis manos,
como una mutación angustiante y ensordecedora.
Y mis dedos fueron los tuyos, abriendo y hurgando,
palpando, sintiendo, gozando.
Las gotas de sudor ahogaron al batallón de hormigas.
La respiración entrecortada y fibrilante...
La ventana entreabierta me regala una brisa de susurro,
y entonces por fin me duermo,
con la sonrisa extenuada de soñarte.
Aun no existe el animal que pueda dejar sus huellas en el aire... veremos si aquí podemos hacer algo al respecto.
estaba erótico, caliente, excitante, hasta que aparecieron las hormigas: me picaron, me enfriaron, me molestaron. soy muy bruto parece, pero no me gustaron tus hormigas. quizás un HORMIGUEO habría sido fácil para mi.
ResponderBorrartango
como siempre bien, o sea, esta faceta es wena wena wena
ResponderBorrarLas hormigas siempre buscan la miel, me acorde de MANARA, en el comic "miel", un personaje femenino cuya entrepierna sabia precisamente al nectar de las abejas...
ResponderBorrarQuién abra catado tus "bondades"?.
El que lo hizo que lo escriba!
Pucha o' y el Libro cuando???
ResponderBorrarTrata de guardar material viejis, pa que no cambien autor despues...
Jjaajajaja...
Definitivamente estamos claros que esto nunca salio de una tarjeta Village, o de un pergamino de feria artesanal!!!
Jajajaja
BEsos!!!