Esta urgencia de sentirte me está torturando;
se me va la voluntad, la fortaleza, la energía.
Añoranza cotidiana,
ahora tan mía como la piel misma.
Esta urgencia de tu abrazo
me vuelve pesados los hombros,
el alma, la garganta.
Nostalgia que me enrostra
la evidencia del no retorno.
Urgencia de regocijo simple
por ver el crisol de tus ojitos de caleidoscopio,
por besar rápido tu mejilla y contemplar
el nacimiento eterno de esa minúscula margarita.
Amor de viento y agua, que te tornas por ausencia
pura lágrima y suspiro.
Tengo en mí la urgencia de compartir contigo
lo que tengo y lo que soy,
de hacer de la distancia una excepción
a esta regla torcida que aprieta y estruja
la esencia del alma y los sentidos.
2 comentarios:
Una urgencia vital en la que el corazón tiene mucho que decir.
Precioso, amiga.
Gracias, María. Necesito tomar contacto contigo, te dejé un post, a ver si me respondes.
Un abrazo.
Publicar un comentario