Una rosa negra y misteriosa
hoy aparece roja y lozana.
Dios se muestra, y se ríe a carcajadas;
nos abraza a veces, con la simpleza de un niño.
El reloj se vuelve loco igual que el espacio;
¡Tantas cosas pasan con el tiempo y la distancia!
A la flor la sigue el beso,
y un par de sonrisas transparentes
reposan en la madrugada.
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