No entiendo por qué le tomé tanto cariño a Felipe.
Su foto desteñida muestra a un tipo jovial, con una sonrisa amplia y ojos muy sagaces. Le gustaba Jimmy Hendrix, probablemente era muy amigo de sus amigos y en una de ésas hasta tenía polola. Su madre lo adoraba: debió ser hijo único.
No es morbo, no. Es que desarrollé una extraña afinidad ficticia con esa animita en el paso nivel bajo Santa Lucía. Debieron atropellarlo, o tal vez lo asaltaron. Un conductor borracho e irresponsable, o un delincuente sin nombre, le robó el alma al muchacho que insiste en desviar mi atención cada vez que paso por ahí.
Se me hizo costumbre saludarlo, en voz alta y con la mano: me da la impresión de que me escucha, bueno, que me siente.
El sitio está siempre limpio y biencuidado; tiene al menos un par de velas, flores frescas y uno que otro adorno. Cada cierto tiempo cambian la ornamentación y la fotografía que enmarca una diminuta vidriera.
Una vez, vi una camioneta roja parada junto a la pequeña casa de azulejos. Sentada junto a ella, una mujer afanaba entre los múltiples detalles del micro edificio... Reprimí los impulsos de acercarme, entendiendo que sería imposible para ella entender esta extraña conexión con el desconocido inmortalizado en el cemento, tan propio para ella como su mismo espíritu.
Con Felipe, así, como suelen suceder la mayoría de las cosas, he compartido alegrías y lágrimas. Es una amistad bizarra y medio lunática, pero lleva ya casi dos años. Yo envejezco, él no.
Será este afán pulsante de buscar amor en todos lados, el que me llevó a empatizar tanto con esta presencia ausente: esta huella en el aire es una marca en el aire, una invención de refugio, un desesperado asidero de empatía.
No me llevo mal con los vivos, y sin embargo me siento mucho más cercana a este muerto que a muchísimos conocidos que sí respiran...
Aun no existe el animal que pueda dejar sus huellas en el aire... veremos si aquí podemos hacer algo al respecto.
... La que escribe.
- Mallén
- Santiago, Chile
- Soy una mujer que también es amiga, hija, nieta, hermana, prima, sobrina y mil cosas más. Disfruto regalando sonrisas en la calle y quiero pensar que el mundo es mejor con ese simple gesto; por eso, me ando buscando. Si usted me ve por ahí, avíseme!
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
¿Búsqueda pulsante de amor en todos lados? Bella Mallén de letras versadas, sea como sea, me alegra que aparezcas más seguido, se te extraña mucho :-)
Gracias por tus elogios, 3rn3st0; y gracias por esa fidelidad silente.
Publicar un comentario