NOCTÁMBULA

Tengo tanto que contarte... Y me quedo con todo dentro, con una nostalgia insondable, con un anhelo de sonrisa, con estas ganas inconclusas. En esa calidad de fantasma en la que decidiste estar, borrando los pasos andados y desandados tantas veces, sigo sintiendo que te quedas conmigo.

Soñé contigo anoche, sabes? Sentí tu olor y tu abrazo, en una especie de carnaval de máscaras dantesca, un mar de rostros y voces ajenas. Era un sueño de aquellos, de esos que alguna vez conversamos, de los que duermes y despiertas y sigues soñando. De esos dignos de un cuadro de Dalí, o de Magritte... Me desperté con la sensación de habernos reunido, tras mucho caminar entre un océano de risas chabacanas y artificios de mil formas, queriendo siempre salir hacia la arena, a estar sola, a buscar quietud.

Pasé por tantas partes sin querer quedarme en ninguna... Por eso caminé todo el sueño, con la añoranza de encontrar un espacio donde respirar. Ahí, en medio de ese torbellino, cansada ya y medio mareada por tanto cuadro surrealista, consigo salir al aire... se acalla el ruido, y siento el mar... y ahí, va y me inunda tu olor, y cerré los ojos para sentir tu abrazo. Y toda la calma se me hizo poca, y una sensación de bienestar me dejó descansar lo suficiente como para despertar hoy con la certeza de haber estado contigo, aunque haya sido por un breve instante, y en el plano de mis propios sueños.