En un mundo ideal no existen las distancias ni la ausencia;
el tiempo se queda en un refrigerador
junto al frappé de unos caipirinhas preparados por tí,
y la nostalgia duerme la siesta bajo un sauce.
En un mundo ideal, un zapallo gigante nos sirve de casa
y tenemos un jardín tan grande como el planeta.
En un mundo ideal,
la quebrá del ají es nuestro patio trasero,
y la tierra regala al día siguiente
lo que plantamos la noche anterior.
En un mundo ideal no hay pasajes, ni despedidas,
ni esperas, ni camas frías.
En un mundo ideal no hay niuna lágrima, sólo la lluvia;
el sol se queda pegado eterno en un atardecer multicolor
y en un medio cielo la luna ilumina todo
inventando senderos de plata.
En un mundo ideal hay vertientes de vino y hamacas de dos plazas;
nunca hace demasiado frío y el calor no sofoca ni separa.
En un mundo ideal siempre hay cigarros y café,
los muros no tienen relojes ni calendarios
sino cuadros vivos y ventanas, tantas ventanas...
En un mundo ideal,
cabemos sólo nosotros y toda la alegría
de sabernos por fin frente a frente.
1 comentario:
Ojalá existiera ese mundo ideal. Al menos, existe en nuestra imaginación...
Besoss
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