Me has hecho tanto bien, dulce Peter...
Has desempolvado mi risa con cuidado,
aminorando las lágrimas y el tedio,
la soledad y el descuido,
la ansiedad y el desconsuelo.
Qué lindo eres, y qué paciente.
Y me emociona tener entre mis manos
nuevamente polvo de hadas
para visitar NuncaJamás...
Porción de espacio fuera del tiempo,
donde apenitas cabemos los dos.
Extraños, los pactos de sangre,
donde se prometen cosas sin pensar con seriedad
en los vínculos eternos...
Te llevo mil botones nuevos, Peter:
los viejos, rotos, y vacíos, los boté al Mapocho.
1 comentario:
uyyyyyyyy que heavy, el sentido que tiene esto es increible...,
me gusta esa parte: los boté al mapocho!!, me encanta el mapocho
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