Todos dicen, e insisten en ello:
qué fácil les sale, cómo no, son tan felices.
Imposible el silencio,
pues todos opinan en un murmullo sordo.
Y sin embargo se quedan allí,
muy ocupados para vivir.
Ojos de cristal líquido
y dedos touch.
y dedos touch.
Extáticos, tullidos, obesos,
críticos, iracundos, mordaces.
Cansados, siempre cansados.
Jamás felices de veras.
Revolucionarios con Laptop:
Almas de ceros y unos.
Integridad de plástico.
Emociones biodegradables.
Vacíos
en una perfecta sincronía
con lo inmediato.
Mentira.
Mentira.
Todos insisten y porfían...
la respuesta es tan sencilla.
ALguien dijo "busca en tu interior,
que el gran vacío basta".
Paz interior, paz interior...
Así que me levanté de mi sillón
y decidí salir al parque,
envalentonada con libros de autoayuda.
Entonces entendí que
ni Siddharta ni Confucio
imaginaron el 2012.
ni Siddharta ni Confucio
imaginaron el 2012.
La soledad fue tan grande,
tan agresiva, tan abosuluta...
que me devolví
corriendo,
derrotada,
a la caverna.