... La que escribe.

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Santiago, Chile
Soy una mujer que también es amiga, hija, nieta, hermana, prima, sobrina y mil cosas más. Disfruto regalando sonrisas en la calle y quiero pensar que el mundo es mejor con ese simple gesto; por eso, me ando buscando. Si usted me ve por ahí, avíseme!

miércoles, julio 25, 2007

PARTIDA

Hoy decidí dejarte:
me marcho vacía y yerta,
estéril, con el alma en jirones,
con las esperanzas enrabiadas.

Te abandono desnuda para salvarme
de mis escasas verdades burlonas
y tus incontables quimeras inciertas.

La asfixia de mis verdades quedas
puede más que tu indecisión perenne.
Declinaste, y hoy te dejo.

Escapo desesperada
de tu infierno gatorpardiano
para encerrarme agónica
en mis temores vueltos sangre.

La carcajada macabra de la injusticia
desgarró otra vez mis sentires entregados,
sinceros, ciertos, transparentes...

Advertí el dolor a destiempo,
cuando el epílogo del puñal
silente ya brillaba en mi pecho confiado.
(La gratitud, amado, ofende más que el desprecio)

La simiente pisoteada yace llorosa
en el desierto de las opciones erradas,
de los amores destentados,
de las melancolías crónicas,
de las profecías autocumplidas.

¿Qué tienes tú?

¿Qué sabes tú, qué entiendes?

Quédate con lo no vivido,
con los sueños de aire,
con el hermoso hijo nonato
y la paz de fieltro tibio que repulsaste.

Quédate con la perfección truncada
por los temores al fracaso;
aférrate a las figuras bellas por fuera
pero podridas por dentro.

Quédate con las soledades seductoras,
tú, tembloroso ser de luz cegado
por las tinieblas, sin fe ni voluntad,
superado por el miedo y por la abulia.

Quédate con esa aciaga comparsa demoníaca…
Baila así entre los errores, el dolor, el sufrimiento,
la sordera, el grito y el llanto.

Quédate con tus amantes asesinas,
oficiando cual marioneta volitiva de terceros enfermos.
A la fuerza, no es cariño.
Eso quieres, eso buscas… eso tienes.
N. de la R.: Las emociones vertidas en este poema no corresponden necesariamente
a la inmediatez de lo que le sucede a la autora.

viernes, julio 20, 2007

DE CORAZAS Y DESNUDOS


Por favor, no me desvistas.
Que prefiero mil veces el cobijo inane
de estas lanas hoscas y este cuero basto
al posible frío nuevo de tu presente ausencia.

No sigas desnudándome;
aun es tiempo de escaparnos,
de no caer en el vacío súbito,
de abstenernos ante la fatídica agonía.

No me dejes sin estas hojas macilentas;
expondrás las llagas ardorosas a la sal y al viento,
y la carne delgada escocerá clamando savia nueva
con urgencias lagrimeadas y con furias desbocadas.

No le quites la coraza a este travestido Caballero;
mil dragones mellaron la tez de la princesa
y se cubrió las grietas humilladas para subsistir
a costa de fijar el acero como nueva piel.

No remuevas los escombros
de esta figura terremoteada y lastimera.
Llena de calas mi frente y deja que pase el tiempo,
para desvestirme yo cuando sea toda nueva.

miércoles, julio 18, 2007

ME ENTREVISTÓ BÁSICAMENTE NADIE

... Y yo aquí respondo mi digna entrevista. Hecha por un bloggero de lo más simpático y con un gran talento para esto de las letras. Además, ofrezco entrevistar a quien se atreva a responder mis preguntas.

1. De poder regresar en el tiempo, ¿Que época o evento histórico escogerías?

Me iría derechito al siglo de Oro de Pericles, en el pleno esplendor ateniense. También me llama el mundo de los druidas, o el de la Italia renacentista…Aunque también me llaman bastante las Revoluciones Francesa y la Rusa… m… y claro, también está el gobierno de Allende en mi propio país. Me hubiera encantado vivirlo y no que me lo contaran.

2. ¿Recuerdas el primer poema que escribiste? Habla de él.

Jajajajaja… debo haber tenido como ocho o nueve años; era una ironía muy cursilera que aparentaba ser de amor… m… algo como “te busco y no te encuentro, en medio de este desierto busco una forma eficaz de borrarte del pensamiento”… pero en realidad terminaba diciendo “pregunto con recelo: ¿Y mi cepillo de pelo?”. Claro; mi enorme volumen capilar me hacía estar pendiente de ese tipo de adminículos… imagino que por eso salió ese primer intento de poema (muy malo, por lo demás. Las vergüenzas que me haces confesar…)

3. Si tuvieras que escuchar una canción una vez tras otra, por la eternidad, ¿Cual sería?

Como soy bastante impaciente, no creo que aguante más de medio día una misma canción. Sin embargo, podría resistir fácilmente por 12 horas varias canciones…El Reparador de Sueños, de Silvio Rodríguez, o American Pie, de Don Mclean, o You’ve Got a Friend, de Carole King, o Bad Leroy Brown de Jim Croce…

4. ¿El recuerdo mas bonito de tu infancia?

Debo haber tenido unos cuatro años; mis abuelos vivían en un pequeño pueblo llamado La Ligua, donde habían unos paltos enormes en el patio. Mi abuela me tenía completamente convencida de que en esa casa había un duende que era mi amigo y que me escondía unas maravillosas calugas de leche y mantequilla en su dormitorio. El juego era bastante simple… yo cerraba los ojos y ella lo llamaba. Luego, por arte de magia, los caramelos aparecían en una cajita de porcelana. Nunca he vuelto a saborear dulces más deliciosos que ésos, será porque el duende los traía de su mundo…

5.Si se te conceden tres deseos, ¿Que pedirías?

Primer deseo: Poseer el Cuerno de la Abundancia… ese de la cabra Amaltea, la que amamantó a Zeus, que le brindaba a su dueño de todo lo que necesitara materialmente (comida, abrigo, dinero); nunca se dijo nada en la mitología sobre la imposibilidad de compartir esos dones, así que creo que además de satisfacer lo mío me alcanzaría para derrochar bastante.
Segundo deseo: Tener la vara de Asclepio. Con esa, todo lo malo o lo que está en desequilibrio se arregla… por algo aparecen dos serpientes enroscadas entre sí mirándose de frente (es el clásico ícono que representa a la medicina, claro, si Asclepio es el dios de los médicos). La de maravillas que haría con ese bastón!!!!!!
Tercer deseo: La caja de Pandora, por supuesto. Pero antes de que el gil de Epimeteo la abriera. Era que no… y lo primero que desparramo, es la Esperanza.

jueves, julio 12, 2007

DOLORES DE MEMORIA



Hay gente a la que le duele la cabeza;
a mí, de vez en cuando me duele la memoria.

Me duele la memoria de aquello que no hice.
De lo que dejé guardado o lo que me tragué de prisa.
Me hieren la garganta las canciones profanadas,
las coplas no enunciadas, el verso enmudecido.

Me arde en la memoria la rabia incontenida y,
peor aun, aquella que no exploté debiendo hacerlo.
Me pena en la memoria el silencio de la caricia reprimida,
el beso tierno abortado, la caminata eterna almidonada.

Me escuecen las memorias inconclusas,
las abusadas, las ninguneadas, las oprimidas;
me hiede la memoria funesta del olvido sistémico,
del frío yerto acerado, de las mala soledad escampada.

Me destruye la memoria anestesiada, fraudulenta,
embaucadora, falaz, displicente y ufana de la amnesia.
Me repica en la memoria la promesa en Polaroid
de felices recuerdos sepia, con silueta inerme de corazón roto.

martes, julio 10, 2007

LA INVISIBLE

Volvió a ser la fémina invisible:
traslúcida, transparente.
De gritos callados e inertes,
maquillada de dolores oprimidos,
de ausencias, de omisiones, de silencios.

Ella fue visible algunas horas,
a punta de estertores parturientos;
cuando los espejos regalaban sonrisas de misterio,
mientras las estrellas reverenciaban su cadencia
y el sol se desvanecía decoroso en su presente…

Todo fue fiesta entonces:
carcajadas, serpentinas y disfraces.
Se sintió admirada, digna, radiante.
loada de suspiros, validada, importante…
Hasta el remezón abofeteado en realidades.

El piso y el cielo se borraron de pronto,
tras un halo súbito de desesperanza.
Y los anhelos enquistados en el zaherido ego
punzaron agónicos como vírgenes violadas,
borrándose de lágrimas las pupilas luminosas.

Ella no puede con los fantasmas rastreros
más brillantes que su sombra inane;
rehúsa ser destronada de su prioridad de sangre,
porfía contra la nada por volverse el todo.
Rechaza, furibunda, ese destino profanado.

Y así discute por el infinito, mientras
se pierde indefectiblemente en el vacío.

Ella, la conspicua otrora, la brillante,
hoy ha vuelto a sentirse invisible.
Para tí no existe, para tí no vale.
Porque en ese horizonte único de tus mascaradas,
ella no tiene cabida sino como la última coraza.

jueves, julio 05, 2007

ORACIÓN PENITENTE

Confieso, Padre, que he pecado.
He pensado más de lo debido,
he sentido más que lo querido,
he omitido más que lo labrado.

Confieso, Padre, que he llorado.
Cuando el miedo paraliza
sobre la soledad que angustia,
mientras el frío enmudece
porque la fe agoniza.

(Confieso, Padre, que he tomado.
Desde las lágrimas cocodrileadas
producto de mi pena solitaria,
hasta las aguas putrefactas
del florero de un amigo solidario.)

Confieso, Padre, que te he odiado.
Por el dolido amante amargo y dormido
que reposó burlón a mi lado sin tu arbitrio;
por estas manos insensibles y yertas,
incapaces de estremecer las almas muertas.

Confieso, Padre, que lo he amado.
Contraviniendo los designios del destino,
interrumpiendo los parámetros del tiempo,
enarbolando tus banderas al espacio.

Por tu culpa,
por mi culpa…
Por su gran culpa.

martes, julio 03, 2007

UN JUEGO/CADENA ENTRE BLOGGERS


Alfonsina (no puedo dar su nombre, en fin) me invitó a jugar en esta especie de cadena entre bloggers. El nombre del asuntillo este es “me-me” (“mi-mi”, o sea “yo-yo”. Ideal para ególatras)

Las reglas son las siguientes: cada jugador cuenta 8 cosas sobre sí mismo; antes de exponer tus ocho tópicos, debes incluir las normas básicas del jueguito en el mismo blog para que el resto no se pierda; y debes invitar a otras ocho personas a seguir con esta dinámica. Ojo, que no hay que olvidar el postear en los blogs de los ocho elegidos avisando que han sido seleccionadas para este juego.
Esto salió largo, pero lo prometido es deuda. Mis ocho:
EL HOMBRE DE LA MANCHA
Había llegado hace un par de semanas al 2° básico del Colegio Melipilla, y la Tía Lutti, profe jefe del curso, se me acerca porque me encontró perfil de actriz y necesitaba a alguien lo suficientemente histriónica como para representar a Aldonza Quijano frente a todo el colegio. Tenía apenas siete años, así que me explicaron que era una chica algo ruda, sin educación, que dormía en las porquerizas y que atendía un bar donde se relacionaba con puros hombres, por lo tanto era medio marimacho (el tema de la prostitución no lo vine a saber hasta algunos años después) Amé ese rol a concho; hasta hoy, escucho el musical y lloro a moco tendido (y sí, me sé toditas las canciones)… Más encima, el niño que hacía de Quijote me gustaba, yo le gustaba a él y Sancho era precisamente nuestro mejor amigo. Para coronar el sueño, representamos esa obra frente al elenco que recorrió Chile por varios años con el montaje… Hicimos sollozar a Alicia Quiroga, José María Langlois y al ya difunto Fernando Gallardo. Y ojo, que a los protagonistas infantiles nos regalaron entradas para el estreno al lado de las autoridades del pueblo… y con derecho a backstage, un lujo impensable para la época.
EL TERREMOTO FUE MI CULPA
Marzo de 1985; el olor a queque en la casa de mi tía Carola, en La Serena, adormecía los sentidos por completo. Yo, pintamonos como he sido siempre, trataba de animar la tarde interpretando la canción ganadora del Festival de Viña, que por ese tiempo había resultado ser un australiano llamado Lorenzo Toppano con el tema “Ya no puedo más”. Está difícil que se acuerden, pero el sujeto en cuestión era un resorte humano; saltaba y saltaba dando gritos sobre el escenario… Estaba yo en esas lides imitatorias cuando vino una fuerte sacudida; con mi tía salimos a la calle, pero no pasó a mayores. De noche, viendo las noticias con mis padres, me voy enterando del manso ni que terremoto que había azotado el centro de nuestro país… y mi papá no encontró nada mejor que decirme que el motivo del sismo habían sido mis impetuosos saltos por la canción de Toppano. Jamás me he vuelto a sentir más culpable que ese día.
COMPLEJO DE GLORIA TREVI
El tema del pelo ha sido una catástrofe constante en mi vida. Nací crespa, y las fotos de tierna infancia lo demuestran. Lindos mis rulitos, hasta que un día a mis cuatro años se me ocurrió jugar a la peluquería con un amiguito quien, a lo más Chavo del Ocho, cortó mis luengas trenzas de raíz. Pasé a lo menos tres años de mi vida escuchando “uyyy, qué lindo el niñito” de patéticas viejas aprieta cachetes. Mi madre quiso ayudarme con el proceso de mi evolución estética, y de muy buena fe pero con horrendos resultados me escalonó el pelo justo en mi etapa de preadolescencia. Así pasé de ser un niñito a ser un poodle. Luego, porfiadamente, me impuso los cintillos dada mi frente estrecha y quiso alisar mis malheridos rizos a punta de cepillos… ahí llegó la etapa mezcla de Jackson Five con El Rey León. De algún modo, nunca he salido bien parada por completo del tema capilar; hoy ya me asumo crespa salvo cuando me viene la tontera del orden y quedo “lais” con una plancha. Recién mis 28 años me he medio reconciliado con la Trevi que todas llevamos dentro.
EL DR. DOOLITTLE
La fascinación por los animales viene de pequeñita. Si de mascotas se trata, he tenido de un cuanto hay: conejos, patos, pollos, loros, peces, sapos (y guarisapos, muchos), arañas pollito, lagartijas, un cabrito, un ternero, una vaquilla, un potrillo, una pareja de hamsters asesinos, cultivos de mariposas (junté crisálidas en mi clóset un invierno completo), avispas al por mayor, murciélagos, palomas, tortugas (de tierra y de agua), alacranes, una pareja de lechuzas que anidaron en mi techo un par de temporadas, chincolitos, chercanes, catitas, gallinas y gallitos de la pasión, queltehues, gallinetas, pavos, gansos, perros y gatos. Muuuuchos gatos. Puede que no todas mis mascotas hayan sido un derroche de cariño (estaba difícil eso de hacerle cariño a los alacranes, pero ojo, que por ejemplo a la Queena y al Káiser, mis arañas pollito, yo las tenía domesticadísimas), pero a todas les tuve un amor muy especial y les dediqué tiempo y preocupación. Sobre todo a los perros y los gatos. Y ojo, no es que yo sea la Elvira de los Tiny Toons. Diría que los animales me buscan a mí, más que yo buscarlos a ellos.
LA REINA CITRONETA
Uso lentes desde que tengo memoria, y tal vez de un poquito antes. Fui bizca de pequeñita (estrabismo que le dicen), y lo hipermétrope lo he tenido desde la guata de mi mamá supongo. No tenía por dónde salir sana de la vista, considerando que en mi casa todo el mundo usa gafas. En el colegio me molestaron eternidades con el tema de ser “cuatro ojos” o “citroneta”, lo que creo que de alguna manera ayudó a forjar mi carácter. Incluso a nivel familiar, hasta hoy me dicen Lechuza por el efecto lupa que tienen los cristales sobre mis ojos chiquitos. He visto pasar la moda de la vista de un modo bastante particular: fotocromáticos, enormes, enanos, redondos a lo Lennon, en degradé, con marco metálico, de plástico, con cadenitas protectoras, con baño antirreflejo y de contacto. Este adminículo que hoy sigo llevando casi como ropa interior (me siento en pelotas cuando se me quedan en alguna parte) es sin duda un distintivo de mi personalidad. Y ojo, pese a lo poco estético que puede resultar en ciertas circunstancias, no fueron impedimento para que incluso saliera reina del Colegio Japón de La Serena, con cagones siete años.
LA CASA ENCANTADA
Tenía 11 o 12 años cuando llegamos a vivir a una casa mágica en El Monte, donde corrían los rumores de que se encontraba el pasadizo secreto que usaba Manuel Rodríguez para escapar entre Melipilla y Talagante. En ese lugar coexistimos con doña Chepita, la dueña original de la casona de adobe que nunca se enteró que estuvo muerta y por lo tanto decidió quedarse a compartir los espacios con nosotros. Fuerte el carácter de la difunta: nunca le gustaron los cuadros de mi mamá así que los botaba de los muros; le desagradaba que moviéramos sus muebles del lugar donde ella los había dejado así que aprovechaba cada salida familiar para reordenar la decoración de la casa; me abría gentilmente las pesadas puertas de dos hojas para que yo transitara con objetos pesados (cerrándolas a mi paso) Pese a lo inquietante que puede resultar la cotidianeidad de un “espíritu chocarrero”, ella me permitió encontrar mil tesoros escondidos que solo un niño puede apreciar: una maravillosa colección de cajas de fósforos, libros de hojas amarillas y polvorientas en idiomas incomprensibles y trajes de época con sombreros y sombrillas incluidos. Doña Chepita le tenía cariño, a su manera, a mi familia (pese a que levitaba la cama de mi mamá cada cierto tiempo), pero a las visitas les resultaba bastante más que incómodo el hecho de que las cosas volaran o se sintieran voces en los pasillos. Afortunadamente para quienes me conocen, uno termina por acostumbrarse.
CAMPANITA DE CORCHO
Siempre en la familia me han enrostrado lo buena que soy pa meter las patas. Es que hablo mucho, y siempre… de acuerdo a mi madre, tengo un problema de verborrea fulminante y asegura que el problema se originó cuando una enfermera me vacunó con “aguja de vitrola”. Por eso me dicen “campanita de corcho”, porque “no suena nunca”. He cometido mil imprudencias en mi vida, pero una de las que más vergüenza me ha acarreado fue la siguiente: hacía yo mi práctica en Chilevisión, completamente feliz de tener por jefe a Alejandro Guillier y de poder charlar aunque fuera brevemente con él, y entre pasillos, de trivialidades. Una noche, al acabarse la edición central del noticiero, veo que Guillier renguea levemente… le digo “¿Anda cojo, don Alejandro?” y él me responde “No ando: soy”. Ahí mismo sentí cómo mi cara se volvió fucsia fosforescente y quise ser una avestruz compulsivamente. Valor. Nunca he tenido más plancha en mi vida por mi lengua impertinente. Y nunca más se me olvidó la cojera que tiene el periodista mencionado.
SALEM
A los 12 años vi por primera vez el aura, accidentalmente en clases frente a la furia de nuestra profesora jefe por las pésimas notas de una prueba global. Mi hermanita menor acostumbraba a jugar con hadas y duendes, materializados y visibles (en más de una ocasión ví arrancar a gente muy asustada de mi casa, incluyendo un par de pololos míos de adolescencia) Tengo la capacidad de adelantarme a hechos a través de sueños premonitorios y constantes “deja vú”; leo las cartas, y a lo largo de mi vida he sido bastante asertiva con ellas (muertes y nacimientos, por mencionar un par de cosillas) A lo más “Sexto Sentido”, a veces “I see dead people”, lo que para los escépticos puede resultar aberrante como mínimo, pero para los demás resulta anecdótico y hasta digno de ser comentado. Esto causó muchas fuentes de conflicto con mi mamita, sobre todo en mi adolescencia, donde me comentaba siempre que terminarían haciendo una pira en la plaza de Melipilla y me quemarían por bruja. Lo malo del tema es que en casa de herrero, cuchillo de palo… nunca he podido leerme nada a mí misma.

Y mis ocho seleccionados son… (and the winner is…)

1. Lolo
http://culpogena.blogspot.com