... La que escribe.

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Santiago, Chile
Soy una mujer que también es amiga, hija, nieta, hermana, prima, sobrina y mil cosas más. Disfruto regalando sonrisas en la calle y quiero pensar que el mundo es mejor con ese simple gesto; por eso, me ando buscando. Si usted me ve por ahí, avíseme!

viernes, diciembre 28, 2007

A RATOS


También te extraño a ratos.

Mi poesía duerme inerte en la ausencia,
y en cierta forma siempre estás aquí
mientras yo escriba.

Te extraño a ratos.

Fuente inagotable, y de todo brota verso;
alma escondida, sutil,
con tristeza dormida y melancolía cómplice.

Te extraño a ratos,
aunque a veces no existas,
aunque no hables, aunque no veas.

Cierto: es como dar algo de luz
a este lóbrego fin de año alicaído.

Gotas de junio enmohecidas en diciembre.
Es lo que es. No es más ni es menos:
Te extraño a ratos.

jueves, diciembre 27, 2007

"YO LLORABA PORQUE NO TENÍA ZAPATOS...



... hasta que vi a un niño que no tenía pies".


Así me sentí al enterarme del deceso de un pequeño de tres años, ahogado en la piscina de su casa en vísperas de Navidad. Da lo mismo, absolutamente lo mismo, que sea hijo y nieto de gente conocida en mi país. Lo que me queda grabada en el pecho es la sensación de dolor descarnado que hoy leí en un diario, donde el padre del niño es columnista. Porque Clementes muertos por inmersión hubo y seguirán existiendo. Y padres que sientan lo mismo que Warnken, también.


Transcribo la carta más dolorosa que me ha tocado leer.


Llora por ti tu jardín, que siempre insistías en llamar "mi jardín". Llora el intruso gato blanco y negro, que merodeaba por las tardes y que tú llamabas mi gato amigo. Llora el cerro Manquehue, que veías desde la ventana de tu pieza. Llora la plaza de Almirante Acevedo, alrededor de la cual corrías una y otra vez, como un Forrest Gump de tres años. Lloran los resbalines que te vieron crecer en temeridad y por los que te lanzabas con gozo. Llora la montaña del camino de La Pirámide, destrozada por la construcción de autopistas y a la que decías "pobre montaña". Llora tu nana, a la que llamabas "mi reina", "mi Karencita hermosa", piropero precoz.


Lloran las fuentes de agua, ante las que te quedabas en éxtasis mirando caer el agua, el agua que te asombró más que nada en el mundo, el agua de los ríos, el agua de las llaves de agua de la casa, que abrías sin cesar, el agua del mar, oh, tu locura por el agua, Clemente, toda el agua del mundo llora por ti, y mana en nuestras lágrimas.

Lloran por ti Whinnie the Poo y Tigret y Christopher Robbin, y todos sus amigos, porque en sus libros de aventuras te sentías en familia. Tú eras como Whinnie the Poo, tierno, goloso, amical. Llora por ti tu chupete gastado y fiel, que intentamos vanamente botar tantas veces y que ahora te espera sobre la almohada vacía. Lloran por ti las esculturas del Parque de las Esculturas de Pedro de Valdivia, donde fuimos el día antes de tu partida, a correr, a subir al olmo gigante; llora por ti la escultura del ángel sin cabeza que miraste extrañado, llora por ti la librería Ulises, donde estuvimos esa misma tarde y donde hojeaste libros sobre un sillón de cuero. Llora por ti el libro de "Willie, el oso", que te regaló esa tarde Benjamín, el librero, y que no alcancé a leerte.

Llora la escalera de madera de nuestra casa, que bajaste todas las mañanas de tus días. Llora el espejo del baño hacia el cual te empinabas para mirarte, como si fuera extraño tu propio rostro, oh, hermoso, demasiado hermoso para durar aquí, al otro lado del reflejo. Llora la canción "Cangrejito" del grupo Zapallo, que bailaste tantas veces y querías volver a escuchar, pero que se perdió en algun rincón de nuestro bello desorden. Llorará la lluvia en invierno cuando no te encuentre debajo del panel de vidrio, mirándola gota a gota. Lloran los caballos del Club de Polo que siempre venías a espiar. Lloran los cuadros de Santos Guerra que cuelgan de nuestras murallas, y el pueblo de cuento y sus personajes a los que saludábamos como si fueran reales, el hombre del paraguas verde, tus amigos al otro lado del sueño. Llora la playa de Wailandia, donde corrimos mojándonos los pies con las olas, qué fiesta, qué gritos, qué risa. Lloran las gaviotas que pasaban por ahí, llora el restaurant Caleuche, donde fuimos a ver la puesta de sol con Angélica y Laura, llora el rayo verde que nunca se hizo ver. Llora el Estadio Santa Rosa de Las Condes, donde apenas empezabas a ir a clases de fútbol, estadio que desaparecerá, como desaparece todo y todos, porque somos un duelo sin fin. Llora el Parque Forestal donde naciste, llora la calle Ismael Valdés Vergara. Lloran los taxis en los que te gustaba que te llevara en las mañanas a tu jardín. Lloran los tres cojines que tú mismo instalabas obsesivo, hasta que quedaran perfectos (y tu decías "perfecto"), adonde posabas tu cabecita llena de rulos para tomarte tu mamadera. Todos lloran, también tu piscina amada, que te vio, dichoso, nadar, ¡cómo llora desconsolada! Lloran las cosas que tocaste, los lugares donde anduviste, y lloramos nosotros, ya sin lágrimas.

Entonces, ¿por qué ríes, por qué tu cara pura de niño muerto insiste en reír, mientras todos lloran sin consuelo? ¿Por qué ríes, Clemente, amor mío, dolor nuestro?


Qué tristeza más grande. Al lado de tanto pesar, todo lo que nos pase, es realmente una bicoca...

miércoles, diciembre 19, 2007

COSTURERA

Nadie por mí…

Mis hilos todos embarrados en el piso;
tuve que tomarlos luego
para no seguirlos pisoteando.

Sin opciones en la mesa
aprendí a zurcirme sola:
a puntadas cáusticas,
a trastabillones.

“La ropa sucia se lava en casa”.

La carne contra la aguja,
la sangre contra el metal,
la lágrima contra el viento.

Ningún pañuelo, ni gasa, ni seda ni abrazo.
Pespuntes de costras y llagas vivas;
bordado necrosado y pestilente.

Nadie de mí, nadie conmigo.

Entonces me comí hasta el hambre,
curándome a lametadas instintivas
y bebiendo esta sed a borbotones.

Te vas. Te fuiste.
Qué más.

Lo importante es que yo me quedo.

lunes, diciembre 17, 2007

YO, GRINCH


Así me siento. Así me he sentido todo el mes, y así como voy seguiré así hasta principios de enero.

Yo amaba diciembre, pero ahora me genera mucha angustia. Una sensación podrida de desarraigo y soledad me invade por completo. Quisiera que no, pero es lo que hay.

Le entregué tanto amor a este mes de mierda, invertí tantos sueños y cifré tantas esperanzas, que su paso en el calendario me vuelve más vulnerable que en otras fechas. Y eso, ya es decir.

Trabajé tanto, me dediqué tanto, me esforcé tanto. Viví las mejores Navidades; tuve el árbol más bonito del mundo, hice las mejores cenas y me quebré el seso ideando los mejores regalos. Todo eso ahora en vez de ayudarme a ver la vida más bonita me llena de una horrenda sensación de desamparo y desolación. Tengo mucho miedo y para variar me pesa la puta memoria. Ojalá efectivamente existieran las mentaditas pastillas de amnesia.

Perdonen todos, pero debía desahogarme.

Ojalá pase pronto.

martes, diciembre 11, 2007

LO QUE ME HACE FELIZ

1. El olor a historia (las bibliotecas, los museos, las iglesias)

2. La música, toda, aunque sin estridencias

3. El teatro, el cine y los libros, sin restricciones salvo algunas obras francesas

4. Acariciar a animales y niños; a veces, me basta con generar una sonrisa o un meneo sincero de cola.

5. El color verde (si es en mares de naturaleza, mejor aun)

6. Dormir (especialmente si es acurrucada y con la mano del otro en mi estómago)

7. La complicidad, la magia y la sopresa.

8. Un caipirinha “dulce y suave” o un buen carmenére en grata compañía.

Respondo así al Meme al que me invitó María Coca. Debo pasar esta lista a ocho personas, veamos… Viole, Roberto, Bichita, Marcos, Andybel, Duende, NoLo y Paz.

Las reglas son sencillas: cada jugador debe realizar un listado de ocho cosas, da lo mismo de qué, pero han de ser ocho (si me lo preguntan, me encantó esto de ocho cosas que te dan felicidad, mira que es tan sencillo ver el vaso medio vacío, que a veces es bueno recordarse a uno mismo aquello que nos sube el ánimo); las publican en su blog, junto a las reglas del juego, luego seleccionan a otras ocho personas para invitarlas a participar en esta dinámica, individualizándolas por su nombre o su dirección de blog, y listo. Dato importante, dejen un comentario en los blogs de quienes han sido invitados por ustedes a hacer este asuntillo.

lunes, diciembre 10, 2007

EFEMÉRIDES


Seré breve porque no debo callar;
pero conste que resulta imperativo moral...
no lo hago por goce o por deleite,
y menos por duelo o por retraimiento.

Lo menciono por respeto a la memoria:
hoy, que se celebra en el mundo
el día Internacional de los Derechos Humanos
se cumple un año de la muerte
del que no supo respetar
la vida de tanto hermano…

Cuentan las malas lenguas que era la vieja Lucía
la del poder efectivo tras las sombras.
Vaya así mismo un feliz cumpleaños irónico
para esa Cruella terrorífica, que permanece
escondida entre secuaces y vástagos.

Salud, compañeros, amigos, lectores…
salud por la memoria, por la vida y por la muerte.


N. de la R.: Hoy, 10 de diciembre, se cumple un año de la muerte del asesino y dictador Augusto Pinochet Ugarte. Se que hay quienes me leen y que no comparten esta apreciación, pero se asimismo que sabrán comprender mi postura. Así como yo lo hice en su momento con ellos mismos. Si no... mala pata.

miércoles, diciembre 05, 2007

EL CUMPLEAÑOS DEL OSITO FARANDULERO



Había una vez una osa polar en cautiverio llamada Tosca, artista de un circo en la República Democrática Alemana. Tras la caída del muro, la reubicaron en el Zoológico de Berlín, donde dio a luz en cautiverio tres veces; pero como ella no tenía instintos maternales, terminaba por matar a sus crías o las repudiaba para que fallecieran solas.
Los cuidadores del lugar se apiadaron de la tercera camada, dos cachorritos muy pequeños (880 gramos), y decidieron rescatarlos para su supervivencia. Uno de ellos falleció, pero el otro fue robusteciéndose con el paso de los días gracias a los cuidados de Thomas Dörflein. Este hombre dejó a su familia para compartir las 24 horas del día con el osezno que fue bautizado como Knut, y no se separó de él durante los primeros tres meses de vida. De hecho, dormían juntos y sólo cuando el animal tuvo siete meses los separaron porque ya pesaba 50 kilos y bueno, pues es un animal salvaje así que podría constituir un riesgo para el “nodrizo”.
Hay que considerar que el animal emblemático de Berlín es precisamente el oso, por lo que la noticia prendió como chispa en un bosque reseco. Y los del Zoológico supieron sacarle partido magistralmente: difundieron que, en los 160 años de historia, jamás un osito polar había sobrevivido al repudio de su madre; de hecho, hace 33 años que un oso polar nacido en cautiverio no sobrevivía.
El 23 de marzo fue presentado en sociedad, con bombos y platillos, convirtiéndose en la mascota primordial contra el calentamiento global y el cambio climático. Ello, considerando que los osos polares están amenazados de extinción. Tenía cuatro meses y medio y pesaba 9 kilos. Toda una ternura.
En el verano de allá, invierno de aquí (se entiende, no?) más de dos millones de personas pasaron frente al recinto donde Knut está. Incluso el Zoo premió a la visitante un millón, una turista holandesa de 32 años llamada Ilia Arens que recibió un ramo de flores amarillas y que era aguardada por toda la prensa. Un poco mucho, diría yo, pero en fin…
Hasta una canción le hicieron; está en Youtube, con video incluido. De hecho, así me topé con Knut hace unos meses atrás, y tuve la cancioncilla (en alemán, obviamente) pegada al oído por varios días. Busquen el video, que a mí no me da la tecnología para subirlo aquí. Es realmente enternecedor.
Obviamente los políticos algo de provecho quisieron sacar con todo esto, así que ni corto ni perezoso el ministro alemán de Medio Ambiente, Sigmar Gabriel, se proclamó como padrino del osito. Claro, es que en mayo próximo se viene la conferencia internacional sobre protección de especies en Bonn, y hay que predicar con el ejemplo.
Y así como somos muchos los que vemos con buenos, buenísimos ojos la lucha desmedida generada por el amor a los animales, hay ciertos fundamentalistas en la ecología. Frente a este osito que no fue querido por su madre, ellos consideraron que era un atentado contra las leyes naturales permitirle la sobrevivencia, sobre todo siendo criado por un ser humano. Rasgaron vestiduras entonces por los derechos de los animales, pidiendo su ejecución (de todo hay en la Villa del Señor, ¿No? Hablar de los derechos animales para pedir que lo maten… en fin…)
Tan famoso resultó este simpático personaje, que su celebridad le ha acarreado incluso amenazas de muerte. Los mismos fundamentalistas que les comenté, enviaron al diario Bild un fax anunciando que Knut moriría un jueves al mediodía, así que debieron ponerle escolta como a los políticos o a los artistas.
Traigo hoy a colación a Knut porque así como yo ayer celebré mis 29 años, él hoy tuvo su primer aniversario. Se ve grande y de buena salud, tanto así que está medio regordete (pesa 110 kilos), así que en el Zoológico de Berlín, donde vive solo, le hicieron una torta de cumpleaños a base de arroz, verduras y frutas. Y como el osito es farandulero, pues entre quienes lo visitan hoy se sorteará un viaje de una semana para ver a los osos polares en Canadá, gracias a un acuerdo con la Comisión de turismo de ese país.
Si van a Berlín pueden visitarlo solo antes de mayo, porque lo más probable es que después de la conferencia internacional Knut abandonaría este zoológico para asentarse en otro sitio. Es que el recinto ya cuenta con dos familias de osos, y construir un tercer recinto para él y su futura pareja resultaría muy costoso.

martes, diciembre 04, 2007

29 AÑOS

Hoy cumplo 29 años. Nací en 1978, en La Serena, un baneario en el norte chico de mi país.
Soy hija de padres separados, y lo anuncio así porque ello ha determinado para bien o para mal la persona que actualmente soy, mucho más de lo que pensé y sentí hasta hace un par de meses. Tengo mil defectos y otras tantas virtudes, como todos nomás (pero nunca menos).
No es gracia compartir onomástico con cierto dictadorzuelo español, y podría decirse que es un orgullo ver la luz el mismo día pero de distinto año que la Bauhaus. Un cuatro de diciembre murió José María Caro, y también falleció Albert Camus. Un cuatro de diciembre unos científicos españoles descubrieron que el hombre y la rata comparten el 99% de su información genética. Otro cuatro de diciembre se cantó por primera vez Otelo, y muchos siglos después fue patentada la cámara fotográfica Kodak. En Georgia eligieron este día para reconocer al Ku Klux Klan, y Fidel volvió a Cuba tras pasar 25 días en Chile en compañía de Salvador Allende.
Mi vida no ha sido rimbombante, sino más bien sencilla. Bueno, ni tanto, pero yo diría que un poco como la de todos. He tenido celebraciones hermosas, como los eventos que mi madre preparaba para mí cuando yo era pequeña, con muchas tortas, varias piñatas y muchos invitados. Imposible olvidar la torta en forma de conejito y la piñata de caracol gigante. He tenido cumpleaños tristes y melancólicos, como el de mis doce años, y el de mis diecinueve. Sobre todo el de mis trece, porque mi bisabuela decidió dejarnos justo ese día, seguramente para dejar una huella imborrable de su existencia en nuestras horas. Hay cumpleaños que no recuerdo, y que es como si nunca hubieran pasado... son más de los que yo quisiera; ha de ser porque mi memoria es frágil y prefiere no recrear ciertas cosas. Recuerdo mucho, en cambio, que el hombre que me quitaba el alma me hizo para un cumpleaños el mapa de un tesoro para llegar a mi regalo; no recuerdo el obsequio, creo que fue un collar (que no me gustó) pero por Dios, qué feliz que fui en esa búsqueda... Todo el despliegue se mantuvo guardado por mucho tiempo como testigo de ese derroche de ingenio y amor. He pasado un par de cumpleaños trabajando, otros muy sola y más de alguna vez con demasiada gente alrededor, varias veces absolutamente ajena a mí, que, de modo muy bien intencionado se esmeraron por atenderme y agasajarme hasta con torta... Pienso en Vinka y su mamá.
Hoy estoy de cumpleaños. Y como casi siempre me sucede, no acierto a decir que estoy feliz o acongojada. Será un poco de las dos cosas; mas feliz, tal vez, porque mi correo y mi teléfono se han mostrado bastante congestionados. Sin embargo, y no entiendo bien el por qué, cada vez me va resultando más vacío cumplir y cumplir años... Será que por cada día pasado se acumula más vida sobre mis hombros. Y tanta existencia a veces pesa. Por eso comento que a mis veintinueve, ya siento que han dejado de ser primaveras y se me han vuelto completamente verano.
Cariños a todos.