... La que escribe.

Mi foto
Santiago, Chile
Soy una mujer que también es amiga, hija, nieta, hermana, prima, sobrina y mil cosas más. Disfruto regalando sonrisas en la calle y quiero pensar que el mundo es mejor con ese simple gesto; por eso, me ando buscando. Si usted me ve por ahí, avíseme!

jueves, julio 23, 2009

¡GRACIAS!

Muchas, pero muchas gracias, por hacerme entender que estoy en lo correcto con mis decisiones.
Gracias por permitirme ver que eres así nomás, y que aunque cambies de a ratitos, tu esencia no es compatible con la mía.
Gracias porque tras tu llamado de esta mañana, estoy más convencida que nunca de que mi felicidad está lejos de ti...

lunes, julio 20, 2009

A MÍ NOMÁS SE ME OCURRE

Brillante.
A mí nomás se me ocurre ir al hogar común donde él permanece, interactuar fluidamente y sonreír incluso, y luego ir a ver a una pareja de amigos que acaban de ser padres.
Como si no fuera suficiente, después voy (el mismo día, si no digo yo...) al departamento de otra pareja de amigos que felices me cuentan que acaban de concretar la compra de una casa. Las fotografías pendientes del matrimonio, no las vi porque eso ya sería el colmo de los colmos.
Qué atroz dicotomía; soy muy feliz por ellos, de verdad y de corazón, y sin embargo me inunda una tristeza tan honda al ver cómo la vida de los demás sigue su camino mientras de la mía quedan apenitas unos escombros...

sábado, julio 18, 2009

TOBOGÁN

Hoy por hoy, así me siento.
Un minuto arriba, y al siguiente abajo.

Se que tardará en sanar, pero...
Qué ganas de tener el control del tiempo,
para poder oir música sin dolor,
o ver televisión sin evocar,
o conversar con los amigos sin sentir...

Para dejar atrás la reputa angustia,
los suspiros, las lágrimas.

Y sin embargo...
(y por suerte se que será así)
en media hora, me sentiré mejor.

viernes, julio 17, 2009

EL DÍA PERFECTO

Ayer, cuando desperté, decidí que sería un día perfecto.
No me importó la jaqueca, me tomé una pastilla para eliminarla y me di una ducha muy caliente.
Tampoco me importaron los comentarios de mi hermana sobre la enorme fila que habría en el cine y el tiempo que debería esperar para ver la película. Fui, una hora antes, y con muy poca gente alrededor conseguí los boletos de Harry Potter y el Príncipe Mestizo.
Mi prima llegaría más tarde y en vez de complicarme por hacer hora, decidí regalonearme un poco y entré a un centro de estética donde dejaron mis manos probablemente tan cuidadas como la Leticia de España. Y más encima en el entretanto, me sirvieron un café.
Llegó mi prima y fuimos a comer al Portal Fernández Concha, de esos completos tan ricos y abundantes, con mayonesa casera. Queríamos ir al Dominó's, pero estaba todo cerrado. No importó; nos comimos unos dinámicos realmente de película, probablemente mucho mejores (y más baratos) que los que podrían habernos dado en el otro sitio.
Llegamos al cine y la fila era interminable, pero oh sorpresa, no era para el horario nuestro. De hecho, ni siquiera nos cortaron los boletos, y entramos como Pedro por su casa. Es que al parecer los chilenos tenemos por costumbre almorzar sagradamente a eso de las 13.30 horas, así que nadie va al cine en ese minuto.
Nos devoramos la película.
Después fuimos al Bravísimo y nos conversamos unos capuchinos helados y un jugo de frutilla compartido, y no importó apurar el tranco porque mi primita tenía cosas que hacer. Fui al depto,saludé a todos, y luego partí a mi sesión de reiki...
En el camino tuve un impasse; una especie de sensación de muerte del otro, se me olvidó por un segundo que este día tan grato no podría contárselo y eso me dio mucha pena. Duró apenas un par de segundos, porque mis ojos cayeron en un muro blanco que tenía un graffitti: "ÁMATE".
Me puse a reír como una loca. No importó realmente, no empañó mi día perfecto.
Marcelo atendía a otra persona, y no me importó el tiempo de espera; saqué un libro de ciencia ficción para amenizar los minutos. El teléfono sonó tres veces, tres amigas increíbles. Una, para confirmar la visita de hoy; la otra, para ver si nos juntamos el sábado, y la tercera para confirmar lo que intuí desde muy temprano: teníamos pases para Technotronic.
La sesión de reiki estuvo increible, tanto que guardaré lo más importante para mi solita. Y sin embargo, me sorprendo muchísimo de lo que vi, lo que conseguí y lo que proyecté. No importó la media hora de atraso, nada empañaría mi día perfecto.
Alcancé a darle un beso a Lilian antes de correr afuera, con los pulmones llenitos de aire fresco y los ojos aun medio húmedos.
Esperé un taxi que llegó tres minutos antes que lo necesario y pasé a buscar a la Majo. En el trayecto, el conductor me conversó y me aseguró que en la noche conocería a alguien. Qué anecdótico sería, pensé, pues no está entre mis planes de este día tan perfecto.
El espectáculo no fue gran cosa, pero dio lo mismo. Vi a gente que no veía hace mucho, y si bien fue grato, tampoco importó. Conocí a otra gente, guapa, interesante, y recibí todo con simpatía y plenitud. Me reí bastante, bailé y observé.
Como la Cenicienta, pasadas las 12 hubo que partir pues hoy es jornada de trabajo.
Y antes de dormir, recordé que debía proyectar nuevamente muchos más días perfectos por venir.
Definitivamente, son el mejor regalo que uno se puede dar.

sábado, julio 11, 2009

APRENDIZAJE

No me angustiarán más las rosas blancas, ni las constantes llegadas tarde, ni los mensajes de texto recibidos o enviados, ni los comentarios en el facebook.


No volveré a sentir como maldito el italiano, ni las canciones de Los Búnkers, ni me resultarán odiosas las tardes de fútbol o la música fuerte.


No volveré a ver partir mi guitarra, sabiendo que tocará para otros oídos ávidos.


No me dolerá la falta de sexo, ni de caricias, ni de sonrisas cómplices o de besos apasionados.


No volverá a dolerme la indiferencia.


No quiero volver a vivir en la desconfianza, en la búsqueda de culpables, en el resquemor y la incertidumbre.


No quiero más desamparo.


Limpiaré mi memoria de tantos y tantos dolores, y tantas angustias de ausencia.


No quiero ser la sombra de nadie, ni siquiera de un revolucionario ni una estrella de rock, porque no quiero aparecer en los libros de historia, ni ser famosa e importante.


No quiero morir por una causa titánica, sino por la mía, que es muchísimo más simple.


Sólo quiero olvidar la carencia crónica para ser feliz en mi propia abundancia y plenitud.


Y si alguien quiere caminar alguna vez conmigo, a punta de errores y esperas inconclusas, aprendí que debe ser en completa reciprocidad.

miércoles, julio 08, 2009

CORRECCIONES

Un ladrillo con otro,
y otro más.

Una piedra,
y un poquito de arena más el cemento.

Hay que ponerle ventanas para que entre luz y un poco de aire,
pero solo para eso.

Hay que limpiar los escombros.

Hay que guardarse mucho, mucho.

Hay que construir,
juntando los errores en un saco,
y arrojándolos al río.

Pero antes,
hay que inventariar las malas acciones y los pasos en falso.

Frente a un papel en blanco y sin la autocompasión o la angustia mediante,
poca tinta le queda al lápiz.

Solo yo soy mi salvavidas;
el problema es que me da por usarlo desinflado...

Ando buscando en alguna parte de mi alma un bombín.

Sé que lo tengo guardado en alguna parte...
¡Es que tengo tanto cachureo acumulado!

martes, julio 07, 2009

DECLARACIONES DE UNA HISTÉRICA

Me siento horrible: el espejo me devuelve una imagen dantesca, una niña pequeña y llorosa, frágil y demandante. No la mujer que soy, sino la guagua que me siento.

Ahora entiendo que lo maté todo por asfixia, porque mi propio agujero negro se lo traga todo, aunque yo quería exactamente lo contrario.

Es como si la planta se hubiera ahogado por exceso de agua.

Soy un vampiro tóxico y egoísta, que se disfraza de dadivosa y penitente, que se victimiza buscando absorber todo el amor y la entrega de quienes digo amar.

Soy dañina, egoísta y rencorosa. Hastío a quienes digo amar con mis demandas excesivas.

Nunca olvido, y siempre desconfío.

Porque siempre queda latente el abandono, y se potencia con el aire y los minutos.

Me horroriza la imagen del espejo, porque nunca he querido ser lo que hoy veo que soy.

Y no se qué hacer, para ser otra.