... La que escribe.

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Santiago, Chile
Soy una mujer que también es amiga, hija, nieta, hermana, prima, sobrina y mil cosas más. Disfruto regalando sonrisas en la calle y quiero pensar que el mundo es mejor con ese simple gesto; por eso, me ando buscando. Si usted me ve por ahí, avíseme!

domingo, junio 29, 2014

OJOS DE FÉNIX


Tu mirada insistente y descarada
Se posa insolente sobre mi boca
donde anida, se acurruca, se acomoda.

Colibrí de sangre y de silencio,
de aleteo intermitente, escurridizo.

Tu mirada intensa y obsesiva
se corona de un brillo satinado,
donde ya no es colibrí sino gaviota,
y luego águila, y luego cisne.

Como si no tuviera otra patria,
como si olvidara el vuelo,
como si permaneciera en vela
frente a un sueño inconfesable.
  
Tu mirada de sutil violencia
grita sedienta por una caricia,
lidera revoluciones de un segundo 
e inventa espasmos subconscientes.

Tus pupilas de halcón agazapado
sobrevuelan la pequeña llanura de mi carne…
donde tu mirada, nostálgica y cariñosa
muere y resucita como el ave Fénix.

miércoles, junio 04, 2014

LA OTRA POESÍA


Un té bien caliente. Un té bien helado. Un helado. Un té.

Estirar el brazo sin mirar, para tomar la mano del otro en plena calle.

Abrazar. Sonreír.
Despertar. Desear los buenos días.

El desayuno en la cama…
La cama: hacerla; deshacerla.

Acariciar a un gato. O dos.
Dar masajes; recibirlos. Porque sí, porque no.

Hablar en plural y escuchar en singular.
Besar. Hacer el amor.

Maratones de series frente al computador.
Caminar. Ir al cine. Dormir siesta.

La lectura en voz alta de un libro. Cocinar algo.
Admirar. Respetar. La contención, el cuidado.

Dejar de fumar.
La diversidad y el secador de pelo.

Contemplar. Dimensionar. Valorar.
Entender.


Extrañar.

miércoles, febrero 19, 2014

PANDORA


Devuélveme las palabras, amado;
ahora que te has ido, el silencio grita y mancha
las paredes grises de mi alma en pena.

Retórname las horas, las esperas,
las miradas elocuentes, 
las sonrisas de mariposa.

Devuélveme el suspiro, corazón;
que de tanto volver aire 
las lágrimas de mar ausente
me transformaré en sirena, o peor, 
en mera espuma.

Regrésame tu abrazo, tus latidos,
la estrechez de tu presencia, 
la blancura de tu espalda.

Devuélveme lo que no fuimos,
lo que soñé despierta.

Devuélveme la niñez perdida y la vejez conjunta 
en la eternidad cómplice de un momento eterno.

Tráeme de regreso todo lo que te llevaste:
las sonrisas que no alcanzamos,
los guiños inconclusos,
los amaneceres en vela,
los abrazos impalpables.

Devuélveme, por lo que más quieras,
la esperanza de caminar contigo… 
que la muy distraída
se me quedó enquistada
en esa esquina de tu pecho
donde solía dormir mi mano
después de hacernos el amor.