REQUIEM PARA SILVIA

¿Cuánto dolor se acumula en la memoria?
¿Cuántos déja vu se arremolinan en el pecho?
¿Cómo vivir los duelos ausentes?

Cuánto pesa no poder estar,
por entender que no es mi historia sino la de otros.

Cuántos pasos de fantasma...
más fantasma hoy, mujer de fuego,
que te fuiste y hoy descansas
en el dolor de los que quedan.

Cómo liberar el sentimiento,
el suspiro adormecido, la lágrima silenciosa,
y entender que siempre quedarás guardada aquí,
en un cálido latido.

CALLA EL SILENCIO

Lengua traviesa, dientes hambrientos.
Quieres sacarme la voz a mordiscos;
me cavas el pecho con la boca.

Boca pequeña, que quiere abrasar el alma con un beso.
Tu cuello se ofrece terso, alto, luminoso.

Los labios asaltan ávidos la oreja,
y hasta el silencio calla al oir este temblor sutil.

Ojos de infinito, manos de aguacero.

Buscas respuestas en mi contemplar abandonado,
persigues rastros de luz entre las sombras del cielo...

Reclamas por la sonrisa que se escapa
mientras acaricias mis sentidos absortos.

UNIVERSO PARALELO

Cerrando los párpados se abren las pupilas
como compuertas a un universo paralelo,
donde una cabaña de barro
respira por botellas verdes.

Un sauce abraza el cielo y besa el tejado;
a la cama de piedra le llueven flores.

El agua canta bossa nova bajo una hamaca sedante.

Tu piso de estrellas gigantes
se funde en mi cielo de gravilla suave.

Conversaciones eternas, silencios enteros:
mirarnos, sonreírnos, fundirnos en un abrazo.

Estar contigo…
¡Qué simple! ¡Qué absoluto!

LECCIONES DE SIMPLEZA

Una rosa negra y misteriosa
hoy aparece roja y lozana.

Dios se muestra, y se ríe a carcajadas;
nos abraza a veces, con la simpleza de un niño.

El reloj se vuelve loco igual que el espacio;
¡Tantas cosas pasan con el tiempo y la distancia!

A la flor la sigue el beso,
y un par de sonrisas transparentes
reposan en la madrugada.