... La que escribe.

Mi foto
Santiago, Chile
Soy una mujer que también es amiga, hija, nieta, hermana, prima, sobrina y mil cosas más. Disfruto regalando sonrisas en la calle y quiero pensar que el mundo es mejor con ese simple gesto; por eso, me ando buscando. Si usted me ve por ahí, avíseme!

lunes, marzo 25, 2013

TENTACIONES



Huelo las huellas cansadas
en el velo sutil del brillo en tu pupila,
invocando el auxilio de Asclepio
para destilar los surcos sutiles de tu frente mía.

Busco vivir una era de tus sienes de plata;
me inunda y me explota el pecho encabritado,
púber, sorprendido, jubiloso,
como si tuviera esos ocho años
que me descubres a veces.

Te contemplo con los ojos cerrados,
entregado a mi devoción animal
como si fueras un soberano gato egipcio.

Y me expando mineral y botánica
 como enredadera por tus hombros,
entrelazándome en tus poros
llena de paciente urgencia.

Y quisiera fijar esta tibieza vegetal en cada espacio,
buscando traspasar la carne fresca de tu pecho abierto:
con la sed guardada de todos los desiertos,
 me bebo de un sorbo tu respiración dulce
para sobrevivir este jadeo agonizante.

La sangre grita y se alborota, gime, se arrebata,
pues tirita mi boca al oir que es “perfectamente pequeña”;
tu espalda de satín blanco sella mis dedos imantados a tu tacto…
sometidos, devotos, rendidos, temblorosos.

Estampida profana y sublime que se graba,
que conquista y que gobierna,
mezcla perfecta de ángel y demonio:
me quedo atrapada en el sueño exorcizado
del rincón escondido entre tu sonrisa y la mía.

4 comentarios:

Cristina Lemus Allen dijo...

Bello poema, Mallén. Un gusto leerte. Un abrazo

RULOX dijo...

HE VIVIDO Y HE SIDO TESTIGO. GENIAL

Carlos Alberto Carcagno dijo...

A la belleza del significado se suma y le adorna la belleza de las formas. Hermoso y sublime. Conmovedor. Un hallazgo

Carlos Alberto Carcagno dijo...

"Aun no existe el animal que pueda dejar sus huellas en el aire... veremos si aquí podemos hacer algo al respecto."

Ya lo hizo, Mallén. Cuando uno surca el aire, ambos se acarician. El que está más caliente le cede calor al otro.

Basta con moverse en el aire, ni usted ni él serán los mismos...