... La que escribe.

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Soy una mujer que también es amiga, hija, nieta, hermana, prima, sobrina y mil cosas más. Disfruto regalando sonrisas en la calle y quiero pensar que el mundo es mejor con ese simple gesto; por eso, me ando buscando. Si usted me ve por ahí, avíseme!

jueves, noviembre 09, 2006

HOMENAJE A BAUDELAIRE

Hoy es un nuevo aniversario del nacimiento del tremendo Charles Baudelaire… ¿cómo no honrar humildemente a quien dijo que “el amor es un crimen que no puede realizarse sin cómplice”?
Aquí, su biografía y finalmente uno de sus maravillosos poemas... Que me representa bastante en estos días.

Baudelaire nace en París el 9 de noviembre de 1821. Su padre era un sacerdote que había colgado los hábitos, y fue quien le enseñó a escribir. Cuando nació Baudelaire, tenía más de sesenta años.
Tenía 6 años cuando su padre muere en 1827, dejando una discreta herencia.
Al poco tiempo, su madre contrae matrimonio con el comandante Jacques Aupick, vecino suyo, de cuarenta años. Baudelaire jamás se llevó bien con su padrastro.
En 1840, con 19 años, se matricula en la Facultad de Derecho, comienza a frecuentar a la juventud literaria del Barrio Latino y entabla sus primeras amistades literarias con Gustave Le Vavasseur y Ernest Prarond (malos amigos tenía!!!!)
Apasionado, sensible, bohemio, inquieto, con algo de inclinación a todo tipo de excesos por su irrefrenable necesidad de sensaciones que alimentaran sus propias fantasías, tuvo muchos problemas con su familia, que decide enviarlo a Calcuta. Sin embargo, él retorna a Francia con mayor brío… No desea más que la gloria literaria.
Se independiza económicamente en 1842 al recibir percibe la herencia paterna de 75.000 francos, instalándose en un pequeño apartamento. Pero dilapida su dinero en aventuras, prostíbulos, drogas y diversas pasiones de los bajos mundos.
Su madre y padrastro, desesperados, obtienen en 1844 de los tribunales que sea inhabilitado y sometido a un consejo judicial. Su dinero pasa así a ser administrado por su padrastro y le entregan una especie de bono trimestral de seiscientos francos.
Baudelaire comienza a publicar anónimamente artículos en la prensa. Privado de recursos y humillado, no se repondrá. Se ve obligado a rehuir a sus acreedores, mudándose, escondiéndose en casa de sus amantes, trabajando sin descanso sus poemas intentando mientras tanto ganarse la vida publicando.
En 1845, histérico, ensaya el suicidio en un cabaret ante un grupo de amigos, donde se hace un corte con un puñal. Su padrastro le paga sus deudas y le lleva a vivir con él y con su madre en la elegante plaza Vendôme. Pero pronto volverá a vivir solo.
Durante la revolución de 1848 Baudelaire es visto en las barricadas y tratando de agitar al pueblo para que fusilen a su padrastro. Inmediatamente después el gobierno francés acusa al poeta de ofender la moral pública y sus obras son juzgadas como obscenas.
Amargado, incomprendido, Baudelaire se aísla aún más.
Empieza la época de sus enfermedades que durará hasta su muerte. Sufre trastornos nerviosos y dolores musculares. Se ahoga, sufre crisis gástricas y una sífilis contraída diez años antes reaparece.
Sufre el primer ataque cerebral. Físicamente, es una ruina. Recurre a cápsulas de éter para combatir el asma y al opio para los fuertes cólicos.
En 1961 presenta su candidatura a la Academia Francesa. Desea rehabilitarse y obtener un salvoconducto de dignidad profesional y solvencia. Busca el reconocimiento oficial de su labor, más allá del círculo de los cafés literarios que empiezan a agobiarle. Fracasa en su postulación por la oposición y los consejos de los académicos.
En su correspondencia expresa su deseo de recurrir al suicidio. Su salud está ya completamente minada y en 1866 sufre un ataque de parálisis general.
Su madre viaja a Bruselas y de regreso a París interna a su hijo moribundo en un hospital. La enfermedad se agrava rápidamente, y su vida no es ya más que una lenta agonía que se prolonga durante un año. Para ayudarle a sobrellevar el dolor, sus amigos acuden junto a su lecho a interpretarle Wagner.
Paralizado, mudo y medio imbécil, sobrevive varios meses hasta que el 31 de agosto de 1867 muere tristemente a los 46 años, en brazos de su madre en el mismo hospital en el que estaba ingresado.
Fue enterrado en el cementerio de Montparnase, irónicamente, junto a la tumba de su padrastro.

EL VINO DE LOS AMANTES


¡Hoy es espléndido el espacio!
Sin freno, ni espuelas, ni brida,
Partamos a lomos del vino
Hacia un cielo divino y mágico.
Cual dos ángeles torturados
Por implacable calentura
En el cristal azul del alba
Sigamos tras el espejismo.
Balanceándonos sobre el ala
Del torbellino inteligente,
En un delirio paralelo,
Hermano, navegando juntos,
Huiremos sin reposo o tregua
Al paraíso de mis sueños.

5 comentarios:

Fa dijo...

Debo reconocer que soy harto neofita en materia literaria, especialmente en el area poetica...

Sin embargo lo publicado me toco el alma... sono muy hermoso a los oidos del corazon, y pareciera que es esa la gracia de esta ciencia...

Besus mi niña... cuidese mucho!!!!

Faby

Anónimo dijo...

Me identifica Baudelaire

Tirity dijo...

La verdad es que Baudelaire nunca ha sido santo de mi devocion, su poesía es muy linda pero no me llega... No me alcanza a tocar...

Su vida ultra reventada me parece increiblemente genial, y tanta gente dando vueltas siguiendo sus pasos parece peligroso.

Cuidese mucho mi niña
Abrazos
Tity

Anónimo dijo...

la slfores del mal, el antecedente de la poesia maldita, buen homenaje

Anónimo dijo...

Carlitos esta aquí!!! Junto a los que somos multitud... goza muy bien de su licenciosa y pecadora vida....



¿QUÉ DIRÁS ESTA NOCHE?

¿Qué dirás esta noche, pobre alma solitaria,
qué dirás, corazón, marchito hace tan poco,
a la muy bella, a la muy buena, a la amadísima,
bajo cuya mirada floreciste de nuevo?

El orgullo emplearemos en cantar sus loores;
nada iguala el encanto que hay en su autoridad;
su carne espiritual tiene un perfume angélico,
y nos visten con ropas purísimas sus ojos.

En medio de la noche y de la soledad,
o a través de las calles, del gentío rodeado,
danza como una antorcha su fantasma en el aire.

A veces habla y dice: "Yo soy la bella y ordeno
que por amor a mí no améis sino lo bello;
soy el Ángel guardián, la Musa y la Madona".