... La que escribe.

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Santiago, Chile
Soy una mujer que también es amiga, hija, nieta, hermana, prima, sobrina y mil cosas más. Disfruto regalando sonrisas en la calle y quiero pensar que el mundo es mejor con ese simple gesto; por eso, me ando buscando. Si usted me ve por ahí, avíseme!

lunes, diciembre 04, 2006

LA DERROTA DE MORFEO

Se me acercó suavemente y por la espalda.
Yo, como siempre, quise no darme cuenta.

Alto y grácil como una pluma pero denso como el concreto,
Morfeo comenzó su ritual de conquista y posesión
con una persistencia abrumadora,
besando sinuosamente mis párpados
y seduciendo poco a poco este cuello exhausto y dolorido.

Así me hallaba yo,
entregando mi voluntad al placer del duermevela
sin pudores ni recatos, resignada y complaciente,
servicial y solícita como una esclava más del amante noctívago.

Luego una voz a la distancia,
como de caricia sibilina,
soltó los amarres del sopor
liberando mis sentidos del yugo adormecido.

Y he aquí que la voz hizo lo impensable: abofeteó al Dios
para relegarlo, en una brizna estival, a su plano etéreo e intangible.

Voz oportuna, profunda, enigmática.

Qué otra voz sino ésa,
dispuesta en el momento justo
para relegar a Morfeo a las profundidades del Erebo...

La voz, esa voz magnífica…

La voz del Fauno Sibarita,
aparentemente inofensivo y ausente,
sigiloso pero travieso, enérgico y siempre alerta,
ése que exuda música enviciante...

Aquel que me entrega sueños más gratos e intensos
que el mismísimo Morfeo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Dioses griegos?

Acá en el sur del trauko es el Reino, de algún modo y todo a su tiempo
tendrás la recompensa,
del Efebo serás presa...

Parece que del enano hachero... sólo te queda el recuerdo?

Anónimo dijo...

TRÓPICO DE CAPRICORNIO
"... la ninfómana, baila la rumba, con el sexo exfoliado y retorcido como la cola de una vaca.La danza del sábado por la noche, la danza de melones que se pudren el cubo de la basura, de moco verde fresco y ungüentos viscosos para las partes tiernas. La danza de las máquinas tragaperras y los monstruos que las inventan. La danza de los revólveres y los cabrones que los usan. La danza de la cachiporra y los capullos que golpean sesos hasta convertirlos en un pulpo de pólipo. La danza del mundo del magneto, la bujía que no hace chispa, el suave zumbido del mecanismo perfecto, la carrera de velocidad en una plataforma giratoria, el dólar a la par y los bosques muertos y mutilados. El sábado por la noche de la danza vacía del alma, en la que cada bailarín que brinca es una unidad funcional en el baile de San Vito del sueño de la tiña.Laura, la ninfómana, esgrimiendo su vagina, con los dulces labios de pétalo de rosa dentados con garras de rodamiento de bolas y culo como una articulación de rótula. Centímetro a centímetro, milímetro a milímetro empujan por la pista el cadáver copulador. Y después, ¿zas!. Como si desconectaran un conmutador, cesa la música de repente y con la interrupción los bailarines se separan, con los brazos y las piernas intactos, como hojas de té que bajan al fondo de la taza. "

HENRY MILLER